Las conversaciones que tenemos con nosotros mismos en nuestro dialogo interior, hablan de toda nuestra estructura mental, de las emociones, y experiencias vividas, influyendo de diferente forma en la ejecución de nuestros actos, o en la limitación impidiendo la realización de los mismos.
Cada intensión impactará de manera inconsciente y en ocasiones consciente en el entorno donde nos movemos y con quien nos inter-relacionamos, creando flujos dinámicos de comunicación, o bien sin flujo que corra en ambas direcciones. Sin embargo, la energía de cada palabra genera sufrimiento, alegría, felicidad, miedo, sin darnos cuenta que este acto cotidiano que ejercemos con tanta seguridad determina la vibración en la que nos envolvemos, a cada instante.
Nuestra torpeza y deseos de participar expresando de una manera desordenada, falta de empatía, provoca que cada nudo interno se apriete más y más, anclándonos en el control de la verdad absoluta. La forma en que nos expresamos cuando queremos tener la razón y el control solo hace evidente la causa de nuestros sufrimientos, ocasionando dolor en otros, sin detenernos a observar y escuchar realmente el momento presente que vive la persona con la que compartimos nuestro entorno. Carecemos de empatía.
Importante y valioso para cada uno es detenernos a observar de que manera usamos nuestras palabras, cuantas y cuales son las que han transformado nuestra vida, haciendo un clic en alguna memoria y emoción para ser modificada creando coherencia en nuestro caminar diario. La pregunta que muchos se hacen ¿Porqué me va tan mal? ¿Qué estoy pagando? y muchas expresiones como estas, solo hablan de la falta de conexión con ellos mismos, Qué le debe a la vida, o se deben a ellos mismos? será acaso esa deslealtad a su Yo interior, a entrar en el vacío oscuro de las carencias, lo que provoca que desde nuestra mente generemos las muestras de insatisfacción con nosotros mismos.
Adquirir una nueva consciencia es abrirnos a la experiencia del camino del guerrero que va descubriendo en la aventura de la vida esa oscuridad de donde surge una nueva identidad con un nuevo poder que impregnan sus palabras y su monologo interno, comenzando a vibrar en una frecuencia distinta a la que había cohabitado proyectando esa misma falta de luz y poder para la realización de proyectos así como de la creación de nuevos vínculos que formen parte de su nueva realidad.
Esto no implica que uses o te enfermes del «positivismo» que evade los mensajes que envían la mente, emociones, cuerpo y el espíritu que no te atreves a sentir, usando frases huecas que dijeron otros sin abrirte a tu propia experiencia dejando de ser parte de ese rebaño en busca del éxito reconociendo lo inherente al ser humano, sus capacidades, sus talentos, dones, carencias, limitaciones, sufrimiento, amor.
Te hablo de verdadera conexión, SIENTE LO QUE SIENTES, y pregunta ¿de donde viene lo que siento?, del miedo, de la ira, del desmerecimiento, ¿para qué hiero con tanta frecuencia a esa persona? ¿porqué dudo de lo que me dice aquella otra? ¿porqué tengo que hacer las cosas yo solo, sino no están bien? ¿será que la desconfianza viene de heridas de mi niñez? ¿Porqué no duro en mis relaciones personales? ¿Porqué no consigo un mejor puesto? todo esto pone luz a tus carencias, oscuridades en tu interior, que impiden que avances en este proceso de transformación, del ser y de tu propia energía. Todo está implicado, nuestras palabras forman parte del vínculo diario, de lo que está lleno el ser interior que eres. Existen palabras que aún si decirlas, con tan solo escucharlas nos muestran inconformidad y el desequilibrio emocional con el que vivimos.
Recuerda que una palabra amable, es reflejo de compasión.
Una palabra amorosa, es la expansión de tu amor, centro de tu ser.
Una frase como: Te escucho, es la escucha activa que puede aliviar el sufrimiento de otro.
Una palabra agresiva es generadora de baja autoestima.
Una palabra cruel, genera conflictos externos e internos en las personas; y hablan de ti mismo.
Una palabra usada como insulto, genera agresión y ruptura de la comunicación.
Una palabra en tu monologo diario de gratitud, genera prosperidad.
Un vocabulario amable y rico, generan abundancia.
Como verás las palabras llevan la energía con la que estás vibrando, indicadoras de lo sano y equilibrado de tu ser así como de la coherencia con la que vives.
Después de todo nuestras palabras estimulan nuestra energía, nos impulsan a ejecutar acciones positivas para nuestra vida, elevan nuestra autoestima, sentimos gozo y merecimiento de cada paso que damos, creamos gratitud, empatía, desarrollamos la resiliencia, mientras que otras nos deprimen y alteran nuestro estado de ánimo, reflejo de una mente alterada fuera de armonía.
Mi propuesta: Observa cada que te dices o expresas tus palabras como es tu postura, como es tu respiración, cual es la manifestación de tu cuerpo (somática), cual es el origen de la palabra o sea que tipo de pensamiento está presente: de posibilidad o de limitación. Ahora tu decides si entras en el camino de la Transformación….
Si deseas iniciar tu transformación, envíame un mensaje, hagámoslo juntos!
Hasta Pronto!
Gaby Olivera
Gabydeas by Gaby Olivera®
